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¿Cómo afecta el estrés a nuestro organismo?
Hoy conoceremos todo sobre los efectos del estrés en el cerebro. El estrés es la respuesta que da nuestro organismo ante situaciones amenazantes. Sin estas sería imposible que nuestra especie hubiera llegado a donde está ahora. Según la neurocientífica Sonia Lupien, las situaciones consideradas estresantes son distintas para cada individuo, aún así podemos identificar 4 características generales en la situación:
- Novedad: lo que nos pasa debe ser nuevo.
- Impredecibilidad: el desenlace es incierto.
- Falta de sensación de control: no podemos controlar el evento.
- Amenaza para la personalidad: como cuando un jefe cuestiona tu capacidad para realizar un trabajo.
Cabe aclarar que no es necesario que estén presentes las cuatro características, pero mientras más se cumplan, mayor será la sensación de estrés. Ante esto nuestro organismo está preparado para responder a tales amenazas y lo hace a través de dos mecanismos:
Homeostasis y Alostasis
Estos mecanismos fisiológicos nos ayudan a mantener la estabilidad frente a la incertidumbre.
Homeostasis
La homeostasis es el proceso por el cuál mantenemos la armonía entre nuestro medio interno y medio externo:
- Temperatura corporal
- Glucosa en la sangre
- Proteínas
- Sodio
- Calcio
- Etc.
Esta estabilidad no es absoluta, sino que se rige por unos rangos muy estrechos de cambio donde se permiten pequeñas variaciones. Ahora, este mecanismo no se ocupa únicamente de regular elementos químicos sino también de regular nuestras interacciones sociales:
- Crecer en una familia conflictiva
- Vivir experiencias injustas
- Perder a un ser querido
- Tener problemas económicos
- Etc.
Estos suelen ser los problemas más comunes que solemos afrontar. Y aunque ahora ya no nos persiga una bestia salvaje en la selva, nuestro organismo sigue respondiendo de la misma forma como lo hacía hace miles de años.
Alostasis
La alostasis es justamente este intento de volver a los rangos normales en nuestro organismo. Actúa como un amortiguador biológico que nos da estabilidad en situaciones amenazantes, siendo este el camino necesario para llegar a la homeostasis. Estas respuestas alostáticas comprometen al sistema nervioso simpático (liberando adrenalina y noradrenalina) y al sistema neuroendocrino (liberando cortisol).
Pero cuando las situaciones estresantes perduran en el tiempo obligándonos a equilibrarnos una y otra vez, nace lo que llamaremos “Carga alostática”, y es aquí donde este estrés constante generará cambios estructurales y funcionales en nuestro organismo.
Efectos del estrés en el organismo
Ante un estímulo estresor nuestro cuerpo aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial debido a la liberación de noradrenalina y cortisol. Esto nos prepara para luchar o huir ante una amenaza. Estos mensajeros químicos influyen directamente en el cerebro mediante la interacción con distintas estructuras nerviosas como la amígdala, la corteza prefrontal y el hipocampo.
Si nos exponemos de forma constante a este estímulo estresor, como en el caso del estrés crónico, aparecerán cambios estructurales en las neuronas de nuestro hipocampo y en la corteza prefrontal, reduciendo de forma progresiva el volumen y número de dendritas en estas estructuras, mientras que en las dendritas de la amígdala pasará todo lo contrario.
- Dato curioso: Las dendritas son estructuras esenciales en la comunicación sináptica. Según la doctora Adriana Rivetii, el hipocampo se encarga de transferir información contextual de la memoria de corto plazo a la de largo plazo (cogniciones) mientras que la amígdala juega un rol importante en el almacenamiento de memorias atemorizantes y aversivas (emocionas negativas).
¿Marco, cómo se traduce esto? Pues en que tu cerebro empieza a prepararse para ser más agresivo e impulsivo ante las amenazas y deja en segundo plano las respuestas racionales y objetivas.
Como vemos tenemos las herramientas necesarias para hacerle frente a los efectos del estrés en el cerebro. Pero estas pueden desgastarse si estamos sometidos a él constantemente. Los cambios que experimentemos van a ser distintos de acuerdo al grado de estrés que vivamos. Es así como se interpretan los efectos del estrés en el cerebro.
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Estrés de alta intensidad
Los efectos del estrés en el cerebro son variados cuando se presentan en alta intensidad. Además de volvernos más agresivos aumenta nuestras probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares, trastornos psiquiátricos (trastornos de la alimentación, abuso de sustancias, TEPT y alteraciones del sueño) y trastornos neurológicos (enfermedad de Parkinson y esclerosis múltiple).
Estrés de baja intensidad
La exposición puntual a estresores ambientales nos permite realizar conductas necesarias y beneficiosas para la vida. Como aumentar nuestra capacidad de resolución de conflictos y estimular el uso de diferentes facultades intelectuales para potenciar nuestro aprendizaje.
Estrés que no te mata te hace más fuerte
Para la psicóloga de la salud Kelly McGonigal, lo que daña a las personas no es el estrés en si, sino su creencia de que el estrés es malo.
Kelly realizó una investigación en 30 mil adultos en EEUU durante 8 años y encontró que solo las personas que consideraban al estrés como dañino para la salud habían aumentado su riesgo de muerte en un 43%. Las personas que no lo consideraban perjudicial no aumentaron su riesgo de muerte. ¿Cómo identificaron esto? Pues como el estudio duró 8 años fueron a ver quién había muerto luego de la investigación. Kelly encontró que si cambiamos nuestra opinión sobre el estrés se pueden cambiar también nuestras respuestas fisiológicas ante él.
El estrés nos hace sociables
Cuando experimentamos estrés generamos oxitocina, la hormona que se libera cuando abrazamos a alguien. Esta hormona afina nuestros instintos sociales mejorando nuestra empatía y predisponiéndonos a ser solidarios con la gente que nos importa.
El motivo de la liberación de oxitocina nos predispone a buscar ayuda en los demás. Cuando nos estresamos nuestro cuerpo nos empuja a expresarle a alguien cómo nos sentimos en lugar de aislarnos.
La oxitocina es liberada por la glándula pituitaria como parte de la respuesta al estrés. Esto es importante porque relaja nuestros los vasos sanguíneos protegiendo el sistema cardiovascular, es un anti-inflamatorio natural.
Nuestro corazón tiene receptores de oxitocina que al ser activadas por el estrés ayudan a las células cardíacas a regenerarse, ¿y cómo liberamos más oxitocina? Pues con el contacto físico con los demás. El estrés fortalece el corazón si hay un adecuado acompañamiento social.
Así que cuando te acerques a otra persona para buscar apoyo o para brindarlo, recuerda que habrá un incremento mutuo de esta hormona que fortalece tus células cardíacas, además de que tu respuesta al estrés será más saludable y efectiva.
En palabras de Kelly, nos estresamos pero tenemos un mecanismo eficaz para hacerle frente a los efectos del estrés en el cerebro. Cuando nos reunimos con otras personas con estrés podemos crear la resiliencia necesaria para afrontarlo. No olvidar también que existen hábitos que nos ayudan a manejarlo como el ejercicio físico y los hábitos de comida saludable.
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